El argentino anoto un doblete luego de los goles de Frenkie de Jong y Antoine Griezmann, para sellar la goleada catalana al Athletic Club de Bilbao.
La enorme sonrisa de Joan Laporta de alguna forma era visible aun con su mascarilla mientras miraba orgullosamente como su equipo levantaba el primer trofeo de su segundo mandato en lo que seria una noche hermosa para el club en Sevilla.
Esta victoria le da al Barcelona su 31ava Copa del Rey y su primera desde que perdieron contra el Valencia en el 2019.
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El argentino tuvo una acción espectacular, mucho mejor que la decepcionante imagen que había dado el crack en el Clásico, y sus anotaciones le dieron el récord de máximo goleador histórico en finales de Copa del Rey con 10 goles.
Koeman mantuvo la fe en el 3-5-2 e hizo buenos cambios, que al final sirvieron para que los catalanes vencieron a sus rivales vascos de una forma similar a la final del 2015 en el Camp Nou.
Uno de esos cambios fue Pique por Araujo, tras la mala actuación del uruguayo contra el Real Madrid, se necesitaba mas seguridad en la zaga y el español se lucio a pesar de solo haber jugado un juego en las ultimas siete semanas.
La otra apuesta de Koeman fue Griezmann, quien fue elegido por encima de su compatriota Ousmane Dembele, y probo ser una gran decisión, ya que el francés aportaría con gol.
Esta victoria sugiere que un cambio se esta gestando en el Barcelona, se han encontrado a si mismos, y ahora solo queda recuperar el futbol para medirse con la elite europea.
