La tarde que Panamá soñó por años finalmente se hizo realidad. Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, pisó suelo panameño para disputar un partido con el Inter Miami frente al Sporting San Miguelito, en un encuentro que no solo fue un evento deportivo, sino una fiesta inolvidable para todos los que tuvieron el privilegio de estar allí.
Desde las primeras horas del día, los alrededores del estadio se llenaron de camisetas de Argentina, del Barcelona, del PSG, del Inter Miami… pero todas con el mismo dorsal: el 10 de Messi. La expectación era total. No importaba el equipo local o el marcador final, la gente solo quería ver a su ídolo en acción.
Las gradas vibraban con cánticos, banderas y pancartas con mensajes como «Te amo Messi», «Messi, metemel…», y hasta algunos con el famoso «Andá pa’ allá, bobo», recordando uno de sus momentos virales. La emoción se respiraba en el ambiente, y cada minuto que pasaba acercaba más el gran momento.
El Partido: Fútbol, Magia y Emoción
Cuando Messi salió al campo, el estadio explotó en un grito unánime. Cada toque de balón del astro argentino era celebrado como un gol, y desde el primer minuto se sintió la intensidad de un partido que, aunque amistoso, tenía el brillo de una final.
Sporting San Miguelito, motivado por la oportunidad de enfrentar al mejor del mundo, mostró un fútbol valiente, presionando, buscando sorprender y lo lograron.
Al minuto 24′, el joven delantero de 20 años, Adan Hendricks, mostró gran frialdad al definir con su pierna izquierda y abrir el marcador, tras recibir una precisa asistencia de Diego Valanta.
El equipo visitante logró empatar en tiempo de reposición, cuando Benjamin Cremaschi solo tuvo que empujar el balón al fondo de la red, luego de una gran jugada por la banda derecha de Marcelo Weigandt.
Apenas iniciado el segundo tiempo, Inter Miami salió con intensidad y logró remontar el marcador al minuto 48′, gracias a un tanto de Tadeo Allende.
Más adelante, tras múltiples modificaciones en la alineación del equipo de la Liga Panameña de Fútbol, Fafá Picault aprovechó un descuido defensivo para marcar el tercer gol definitivo para Inter Miami al 64′.
Los locales se vieron aún más comprometidos tras la expulsión de Aymar Cundumí, pero a pesar de jugar con un hombre menos, lograron cerrarse defensivamente y evitar más goles, concluyendo el encuentro con un 3-1 en contra.
Un Final de Fiesta y un Adiós con Aplausos
El partido continuó con Sporting San Miguelito dejando el alma en la cancha, buscando su propio momento histórico. Pero Inter Miami, con la tranquilidad de contar con Messi y compañía, manejó los tiempos y terminó llevándose la victoria.
Cuando el árbitro pitó el final, el resultado fue lo de menos. Lo importante era que Messi había estado allí, en Panamá, regalando su fútbol y dejando una huella imborrable en la memoria de todos.
Al salir del campo, el astro argentino se despidió entre aplausos y ovaciones por los fanáticos en el estadio Rommel Fernández.
Panamá había vivido una noche que quedará en la historia. Una noche en la que el mejor jugador de todos los tiempos dejó su magia en nuestro suelo y cumplió el sueño de miles de fanáticos.