El Atlético de Madrid vivió una desagradable sorpresa en su entrenamiento en el Emirates Stadium, previo al partido ante el Arsenal. La expedición rojiblanca llegó al estadio, preparado para ejercitarse en la víspera del duelo, y descubrió que no había agua caliente en los vestuarios tras el entrenamiento.
Los jugadores ya habían advertido la avería a su llegada, pero al finalizar la sesión —realizada bajo la lluvia— la situación persistía. Según la narración de la delegación atlética, el hecho obligó al equipo a salir rápidamente hacia el bus y al hotel de concentración, en un trayecto de aproximadamente 45 minutos, sin haber podido ducharse en el estadio.
El malestar fue «enorme» en la expedición colchonera: no solo por la falta del servicio básico tras la práctica, sino también porque ocurre en un estadio de primer nivel mundial, lo que incrementó la incredulidad entre los jugadores y cuerpo técnico.

Como consecuencia, el Atlético ha presentado una queja formal ante la UEFA. En la reunión previa al partido que tendrá lugar este martes en el estadio, este será uno de los asuntos a tratar. La plantilla del Atlético considera que, más allá del resultado deportivo, un anfitrión de la categoría del Arsenal y su estadio debe garantizar “servicios mínimos” para los equipos visitantes.