La relación entre Iker Casillas y José Mourinho marcó una de las etapas más tensas en la historia reciente del Real Madrid. Entre 2010 y 2013, el vestuario blanco vivió una profunda división que trascendió los terrenos de juego y se extendió a la afición.
El portugués, fiel a su estilo directo y confrontacional, no dudó en cuestionar públicamente a su capitán, provocando una grieta difícil de reparar en el grupo y en el entorno del club.

Casillas, símbolo del madridismo, pasó de ser un referente intocable a convertirse en el centro de una tormenta mediática que le afectó personal y profesionalmente.

El arrepentimiento de Iker Casillas

Con el paso del tiempo, el exguardameta ha reconocido que pudo manejar la situación de otra manera.

“Lo que tenía que haber hecho es hablar con él en su despacho, y de eso me arrepiento”, confesó Casillas, aludiendo a la falta de comunicación que deterioró su relación con Mourinho.

Aun así, el excapitán insistió en que prefirió mantener la calma y evitar “hacer más circo del que ya había”, a pesar de las críticas y los rumores sobre su papel como supuesto “topo” del vestuario.

“Me acusaba de ser amigo de los periodistas, pero de ahí a filtrar cosas, no”, explicó el exjugador, dejando claro que aquella acusación fue uno de los momentos más duros de su carrera.

El reencuentro y la reconciliación

En una reciente entrevista en el pódcast Bajo Los Palos by Flexicar, Casillas relató un hecho que demuestra que el tiempo cura las heridas.
Durante la grabación de un documental, volvió a coincidir con Mourinho y ambos se mostraron cordiales.

“Me llamó hace menos de un año. La gente se queda con el hate, pero con el tiempo todo cambia”, comentó Iker.

Incluso comparó su relación con el entrenador portugués con una vieja historia sentimental:

“Fue una relación de amor-odio, pero ahora la veo como con una novia de hace 20 años: la ves diferente”, dijo entre risas.

(Photo by Kevork Djansezian/Getty Images)
(Photo by Kevork Djansezian/Getty Images)

De la guerra interna al respeto

Figuras como Xavi Hernández y Gerard Piqué también han recordado lo difícil que fue aquella etapa.

“Había una guerra interna y te llamaban topo”, contó Xavi.
“Las fuerzas se posicionaron con Mou e Iker quedó desprotegido”, añadió Piqué.

Hoy, más de una década después, tanto Mourinho como Casillas han optado por pasar página y quedarse con lo positivo. La madurez y la distancia han permitido transformar una relación marcada por el conflicto en un vínculo de respeto mutuo y nostalgia.

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