Una semana marcada en el calendario. Con un rojo intenso. Muy intenso. Porque si hasta ahora el Barça había tenido partidos muy importantes, que nos han hecho llegar hasta aquí, ahora es el momento de la verdad.
Primero será el turno de la vuelta de las semifinales de la Champions, en el Giuseppe Meazza de Milán, contra el Inter. En juego está, nada más y nada menos, que un billete para la gran final de la Liga de Campeones de Munich del 31 de mayo.
El 3-3 de la ida obliga a los de Hansi Flick a ganar. El empate forzaría la prórroga y, de no decantarse el partido, la clasificación se decidiría en los penaltis.
(Photo by Carl Recine/Getty Images)
No habrá tiempo para celebrar o lamentarse, porque el equipo tendrá que cambiar rápidamente el chip. Y es que el domingo, Montjuïc acogerá el Clásico de Liga frente al Real Madrid.
Un partido que cobra mayor trascendencia que nunca porque, en caso de victoria, los culés se pondrán a 7 puntos de los blancos con tres jornadas para disputarse.
Y, al revés, en caso de derrota, los blancos se colocarán a sólo un punto de los azulgrana, con todo aún por decidir y muy abierto en el tramo final de la Liga.
Lo que está claro que la semana que afronta el Barça es de alto voltaje. El acceso a la final de la Champions y acercarse mucho a la Liga se decidirá en tan sólo seis días.
