Lionel Messi ha encontrado una pausa en medio del ruido. Mientras sus compañeros Luis Suárez y Sergio Busquets aún lidian con la frustración de la dura eliminación del Inter Miami en la Leagues Cup, el capitán de la selección argentina optó por desconectar de la presión futbolística con una velada cultural en Buenos Aires. Horas después de arribar al país para preparar la doble jornada de Eliminatorias ante Venezuela y Ecuador, Messi fue sorprendido disfrutando de la obra “Rocky” en el Teatro Lola Membrives, protagonizada por su amigo cercano Nicolás Vázquez.
La presencia de Messi no pasó desapercibida. Apenas ingresó a la sala, los aplausos estallaron entre los asistentes, que se rindieron a los pies del campeón del mundo. El propio Vázquez, emocionado hasta las lágrimas, compartió en redes sociales el momento íntimo en el que Messi, tras la función, lo felicitó entre bastidores con una frase que lo desarmó: “Lo haces igual”. El actor, recientemente separado de la actriz Gimena Accardi, replicó entre risas nerviosas: “Acaba de decir que lo haces igual”, mientras ambos se fundían en un abrazo.
El teatro se convirtió así en el escenario perfecto para que Messi se distanciara momentáneamente del ruido mediático generado por el tropiezo de su equipo en la Leagues Cup. Suárez y Busquets, pilares del Inter Miami junto al rosarino, han sido duramente cuestionados tras la eliminación, y aunque Messi no participó directamente en el desenlace del torneo, la decepción también lo tocó de cerca. Pero la noche porteña le ofreció otra cara del cariño popular, lejos del césped y más cerca del alma.
Al finalizar la función, Messi no escatimó palabras para agradecer la experiencia vivida: “La pasamos muy bien. Un placer haber podido estar presente y compartir esta noche con todos ustedes”. Vázquez, por su parte, no pudo ocultar la emoción en su publicación: “Noche inolvidable, con una persona única e inigualable. Un amigo, un ser humano excepcional y, además, el mejor jugador de la historia”.
El gesto de Messi demuestra, una vez más, que la cultura también puede ser refugio para los grandes deportistas. En la antesala de un nuevo reto con la selección nacional, el 10 eligió reconectarse con lo humano, con la amistad y con una historia que va más allá de los goles y los títulos. Porque incluso el mejor del mundo necesita, de vez en cuando, una noche de teatro para volver a empezar.