Las declaraciones de Mohamed Salah tras el partido en Elland Road han añadido un nuevo foco de tensión a una temporada ya convulsa para el Liverpool. La posibilidad de una salida en el mercado de enero, antes impensable, empieza a tomar forma para el internacional egipcio. Sin embargo, en la cúpula del club son plenamente conscientes de la magnitud del reto que supondría intentar reemplazarlo a mitad de curso.

Mohamed, de 33 años, ha firmado números históricos desde su llegada a Anfield: 250 goles y 116 asistencias en 420 partidos durante los últimos ocho años. Son registros extraordinarios que no pueden compensarse con fichajes rutinarios ni con apuestas de proyección. Perder a Salah significaría desprenderse de uno de los futbolistas más decisivos del fútbol europeo contemporáneo.

Nombres como Antoine Semenyo (AFC Bournemouth) o Anthony Gordon (Newcastle United) encajan dentro de una planificación a largo plazo, pero ninguno ofrece el impacto inmediato que el Liverpool dejaría de tener si Mohamed abandona el club. Su sustituto debería ser un jugador contrastado, con una capacidad goleadora y creativa fuera de lo común.

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Mohamed Salah
Mohamed Salah (Photo by Carl Recine/Getty Images)

Uno de los nombres más ambiciosos es el de Vinícius Júnior (25 años, Real Madrid). Su fichaje superaría con creces los 150 millones de euros, pero su situación contractual termina en 2027 y cierta inquietud en torno a su renovación alimentan los rumores. Aunque sus cifras actuales en LaLiga (cinco goles y cinco asistencias) son correctas, su racha de 11 partidos sin anotar ha incrementado las especulaciones sobre su futuro.

Otro perfil interesante es Michael Olise (23 años, Bayern Múnich). El exjugador del Crystal Palace es un extremo derecho zurdo que se mueve con soltura en los mismos espacios donde Salah ha sido letal durante años. Destaca especialmente por su creatividad y visión de juego, aunque su perfil es más el de generador de ocasiones que el de finalizador puro.

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Por último, aparece Rafael Leão (26 años, AC Milan), una alternativa distinta que requeriría un ajuste estructural en el ataque. Diestro y especialista en el costado izquierdo, el portugués sigue ofreciendo números atractivos pese a no haber recuperado su mejor versión: 0.65 goles por cada 90 minutos y un 52 % de acierto en disparos a puerta esta temporada.

El dilema es claro: reemplazar a Mohamed Salah no es solo una cuestión de dinero, sino de encontrar a un futbolista capaz de sostener un legado prácticamente irrepetible.

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Más allá de los nombres propios, el verdadero debate en Liverpool gira en torno al impacto emocional, deportivo y simbólico que supondría la salida de Mohamed. El egipcio no solo es el máximo referente ofensivo del equipo, sino también una figura de liderazgo silencioso dentro del vestuario y un emblema global de la marca Liverpool, con enorme peso comercial y mediático.

Desde el punto de vista táctico, la salida de mohamed obligaría al cuerpo técnico a redefinir por completo la estructura ofensiva, ya que gran parte del sistema está diseñado para potenciar su capacidad de desmarque, su lectura de espacios y su fiabilidad de cara al gol. No se trataría únicamente de sustituir números, sino de reconstruir automatismos que han funcionado durante casi una década.

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