En el fútbol de selecciones, donde la química es fugaz y la presión es constante, contar con un delantero que tiene la rara capacidad de aparecer en los momentos de mayor urgencia es un tesoro. Para la Selección de Panamá, ese hombre se llama José Fajardo. Tras la histórica y sufrida victoria 0-1 ante El Salvador en el Cuscatlán, el director técnico Thomas Christiansen no dudó en destacar la figura de su delantero, consolidándolo como el hombre gol de los partidos que realmente importan.

Las declaraciones de Christiansen son un espaldarazo absoluto a Fajardo, cuya anotación ante La Selecta rompió la sequía y la «maldición» en territorio salvadoreño en Eliminatorias. Para el DT, la relevancia del atacante no es solo numérica, sino emocional y estratégica. rueda de prensa
El instinto de la oportunidad
“José Fajardo aparece en los momentos importantes,” es la frase que resume la admiración de Christiansen por el olfato goleador de su ‘9’. El gol en el Cuscatlán, que se produjo tras una precisa asistencia de Michael Amir Murillo, fue un acto de efectividad clínica. En un partido trabado, donde las opciones de gol son contadas, la capacidad de Fajardo para desmarcarse y definir con frialdad es lo que marca la diferencia.
Este patrón de éxito no es una casualidad. Fajardo ha demostrado una y otra vez que su mejor versión emerge bajo la presión de las Eliminatorias y los torneos decisivos. Mientras otros delanteros brillan en partidos de trámite, Fajardo se enciende cuando los puntos valen su peso en oro. Su gol no solo aseguró tres puntos vitales para Panamá en el Grupo A, sino que también desató la catarsis de una afición que vio a su equipo ganar en un feudo históricamente complicado.
El ‘9’ adaptado al modelo Christiansen
En el esquema táctico de Thomas Christiansen, que prioriza el control del mediocampo con jugadores como Adalberto Carrasquilla y la proyección de los carrileros (Murillo o Davis), el delantero central no solo debe finalizar, sino también moverse inteligentemente para abrir espacios.

Fajardo, con su combinación de físico y picardía, encaja perfectamente en esta filosofía. No es un ‘9’ estático; su movimiento constante le permite aprovechar las rupturas de los pases filtrados, como sucedió ante El Salvador. La confianza que el DT deposita en él es una señal de que valora esa capacidad resolutiva en un área de juego donde la paciencia panameña necesita ser recompensada con contundencia.
Mirando a Surinam: La Prueba Definitiva
El elogio de Christiansen llega en el momento justo, sirviendo como un refuerzo mental de cara al próximo desafío: el partido clave contra Surinam en casa. Surinam, que comparte el liderato del grupo con Panamá, será un rival físicamente demandante y defensivamente sólido, tal como se vio en el 0-0 de la ida.
En este contexto, la «Ley de Fajardo» se convierte en la principal esperanza de gol para Panamá. Necesitarán que su delantero aparezca una vez más en un «momento importante» para romper el muro surinamés y asegurar el camino a la siguiente fase de las Eliminatorias.
Al destacar a Fajardo, Christiansen no solo celebra un gol, sino que establece un referente para el resto del equipo: en la Marea Roja, se valora al jugador que, independientemente de la estética, cumple con la misión primordial: ganar partidos. Y en eso, José Fajardo es el especialista.