Lo ha vuelto a hacer. LeBron James, el ‘Rey’ de la NBA, comenzará su temporada número 23 como profesional, algo que ningún jugador en la historia había conseguido antes. A sus 40 años (cumplirá 41 en diciembre), el alero de Los Angeles Lakers sigue desafiando al tiempo, a las lesiones y a las estadísticas.
Lo que comenzó en 2003 con el Cleveland Cavaliers ha evolucionado en una carrera sin precedentes, marcada por títulos, récords y una longevidad que asombra incluso a sus propios rivales. Hoy, muchos de los rookies que entran a la liga confiesan que sus padres jugaron contra LeBron, una frase que ilustra mejor que cualquier dato su vigencia.
Y aún más: el jugador comparte vestuario con su hijo Bronny James, haciendo historia como el primer dúo padre-hijo en la misma franquicia NBA, y sueña con repetirlo pronto junto a su otro hijo, Bryce.

LeBron, perseguido por la ciática pero motivado por los récords
El alero no estará disponible desde el inicio de la temporada por problemas de ciática, pero eso no frena su ambición. Cada partido que dispute en 2025 lo acerca a nuevos hitos que solo los verdaderos inmortales del baloncesto han alcanzado.
Entre sus principales objetivos destacan dos marcas mayúsculas:
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Superar a Robert Parish en la lista de jugadores con más partidos disputados en temporada regular (1.611). LeBron necesita 50 partidos más para quedarse solo en la cima.
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Escalar en el ranking histórico de triples-dobles, donde suma 122 y tiene a tiro los 138 de Magic Johnson.
No sería la primera vez que James derriba un muro estadístico. El año pasado se convirtió en el máximo anotador histórico de la NBA con 42.184 puntos, cifra que espera ampliar hasta los 45.000 antes de colgar las zapatillas.





