Radim Passer, empresario y filántropo checo, es conocido no solo por sus inversiones inmobiliarias, sino también por sus dos grandes pasiones: el fútbol y los autos de alta velocidad. Su amor por ambos lo ha acompañado desde la infancia y lo ha llevado a vivir experiencias únicas que lo posicionan como una figura peculiar dentro del mundo del lujo y la velocidad.
Porque Radim es fanático del futbol, desde muy pequeño se intereso por el futbol, el primer partido que recuerda haber visto fue en el Mundial 1970 en México, y su papá le enseño que los equipos que más bonitos juegan al futbol son los equipos sudamericanos, destacando Brasil y Argentina, y Uruguay y desde entonces nació su pasión por los equipos sudamericanos.
Desde pequeño, Passer sintió una fuerte conexión con el fútbol. Jugó en las categorías infantiles y juveniles del Bohemians Praga, uno de los clubes tradicionales de la capital checa, en su etapa juvenil jugo al futbol, el considera que en esa etapa jugo al estilo » Beckenbauer infantil», como un defensa libero. A lo largo de su vida ha seguido con devoción las carreras de los grandes del balón, siendo Lionel Messi su ídolo absoluto desde 2009. “Desde entonces casi no me pierdo un partido suyo. Para mí, él y Pelé son los mejores futbolistas de la historia”, ha declarado en múltiples ocasiones.
Pero si el fútbol es su pasión emocional, los autos representan su adrenalina. En 2007, Passer se convirtió en el primer ciudadano checo en adquirir un Bugatti Veyron, y más de una década después, en 2018, sumó a su colección un imponente Bugatti Chiron. Su nombre saltó a la fama internacional gracias a un video viral titulado “Bugatti Chiron en la autopista: 417 km/h».
La pasión de Radim por el fútbol es una constante que ha marcado su vida desde la infancia, demostrando que, más allá de sus logros empresariales y su afición por la velocidad, el futbol ocupa un lugar especial en su corazón.
