El exfutbolista francés Lassana Diarra, con pasado en clubes como Real Madrid, PSG o Chelsea, ha decidido retomar su largo pulso judicial contra la FIFA y la Federación Belga de Fútbol. El mediocampista reclama una indemnización de 65 millones de euros brutos (35 millones netos), más los intereses acumulados, en un proceso que ya supera los 11 años.
El respaldo de los sindicatos de futbolistas
Diarra cuenta con el apoyo total de FIFPRO, FIFPRO Europa y la UNFP (Unión de Futbolistas Profesionales Franceses), que emitieron comunicados respaldando su causa. Además, su caso ha servido como base para que la Fundación Justice for Players presente una demanda colectiva en Países Bajos, en representación de cientos de jugadores afectados por los reglamentos de la FIFA.
Un litigio que viene de 2014
La disputa se remonta a 2014, cuando la FIFA le negó a Diarra la posibilidad de fichar por el Charleroi belga tras rescindir unilateralmente con el Lokomotiv de Moscú, al que aún debía dinero. La FIFA le impuso una sanción de 10 millones de euros y bloqueó su inscripción, lo que paralizó su carrera durante meses.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) acabó dándole la razón, al considerar que la FIFA vulneraba el derecho de competencia de la UE y la libre circulación de trabajadores. Incluso, el organismo ordenó al Lokomotiv pagar 9,7 millones a Diarra.

“No es solo por mí, es por todos los jugadores”
El propio Diarra explicó su motivación en un comunicado:
“He resistido frente a la FIFA porque tuve una buena carrera, pero también lo hago por todos los jugadores jóvenes o menos conocidos que no tienen medios económicos ni psicológicos para desafiarla. La FIFA y la Federación Belga perdieron en el TJUE, pero luego cambiaron su reglamento sin cumplir plenamente la sentencia. No tuve otra opción que reiniciar este proceso”.
Consecuencias más allá del caso individual
El abogado de Diarra, Martin Hissel, recalcó que la sentencia abre la puerta a que todos los jugadores profesionales que hayan estado sujetos a las reglas de la FIFA desde 2002 en la UE o Reino Unido puedan reclamar compensaciones. La demanda colectiva busca precisamente que esos futbolistas obtengan indemnizaciones sin coste legal previo y sin necesidad de exponer públicamente su identidad.
En palabras del propio Diarra:
“La llamada sentencia Diarra ha allanado el camino. Solo la unidad y la determinación harán fuertes a los jugadores frente a la FIFA”.