Lo que parecía una aventura destinada al éxito se ha convertido en una racha que nadie imaginaba. Desde su llegada al Al-Nassr, Cristiano Ronaldo el futbolista con 35 títulos en su carrera y más de dos décadas de dominio en Europa aún no ha conseguido levantar un solo trofeo en Arabia Saudí. Trece torneos disputados, trece frustraciones.
La última decepción llegó esta semana con la eliminación en la Copa del Rey de Campeones ante el Al-Ittihad, donde su excompañero Karim Benzema y Houssem Aouar firmaron los goles del triunfo. El tanto de Angelo Gabriel para el Al-Nassr fue insuficiente para evitar un nuevo golpe que deja a CR7 sin títulos desde su desembarco en Riad.
En números, la estadística es de 13 oportunidades, donde perdio tres Ligas, cuatro Copas, dos Champions de Asia y cuatro Supercopas han pasado sin gloria. Ni los 58 goles anotados desde su llegada, ni las incorporaciones estelares del club, han logrado romper la maldición.
Cristiano sigue en busca del título
Pese a las críticas, Cristiano no baja los brazos. Su compromiso en el Al-Nassr sigue siendo total, y su ambición, intacta. “El trabajo siempre da sus frutos, tarde o temprano”, comentó recientemente tras un partido liguero.
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En la Saudi Pro League, al menos, el panorama es distinto. El equipo dirigido por Jorge Jesús atraviesa su mejor momento desde la llegada del portugués: seis victorias consecutivas, liderato con 18 puntos y un ataque demoledor encabezado por João Félix (9 goles, 1 asistencia), Cristiano Ronaldo (6 goles, 1 asistencia) y Kingsley Coman (3 goles, 4 asistencias).
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Con casi 950 goles oficiales, Cristiano sigue sumando récords individuales, pero el vacío de títulos pesa. Su llegada a Arabia fue vista como el inicio de una nueva era para el fútbol asiático, pero el paso del tiempo sin trofeos ha generado dudas entre aficionados y analistas sobre si el proyecto deportivo del Al-Nassr ha estado realmente a su altura.
La prensa saudí habla ya del “enigma Ronaldo”: un jugador que mantiene cifras de élite, pero al que la fortuna parece darle la espalda en los momentos decisivos.
Con la Liga como única vía abierta al éxito, Cristiano tiene ante sí uno de los desafíos más simbólicos de su carrera: romper su sequía y devolver al Al-Nassr al trono nacional. Si lo consigue, no solo cerrará una herida estadística, sino que reafirmará su espíritu competitivo en el ocaso de una trayectoria legendaria.
