El Real Madrid volvió a demostrar que la Champions League es su hábitat natural con una remontada de pelicular, para vencer 3-2 al Manchester City en un duelo cargado de emociones en el Etihad Stadium. Con un gol en el descuento de Jude Bellingham, los de Ancelotti dieron un golpe de autoridad ante un Manchester City que empezó ganando, pero terminó sucumbiendo ante la intensidad del conjunto blanco.
El partido comenzó con un Madrid decidido a imponer condiciones. Desde los primeros minutos, Vinicius y Mbappé fueron un dolor de cabeza constante para la defensa inglesa. Ederson se erigió en figura con intervenciones claves, primero ante un penalti sobre Vinicius invalidado por un fuera de juego milimétrico y después en un mano a mano con Mbappé. El conjunto blanco dominaba, pero la falta de acierto y la solidez del arquero brasileño mantenían el 0-0 en el marcador.
Sin embargo, cuando mejor estaba el Madrid, apareció la bestia del City. En la primera acción ofensiva seria del equipo de Guardiola, Haaland aprovechó un pase con el pecho de Gvardiol y, con un toque sutil, batió a Courtois. El VAR tardó dos minutos en confirmar la validez del gol, pero el noruego rompía así su sequía contra los blancos.
En la segunda mitad, el guion no cambió. El Madrid salió decidido a dar la vuelta al marcador y generó constantes llegadas. Haaland volvió a avisar con un disparo al travesaño, pero la velocidad y la intensidad del Madrid terminaron inclinando la balanza. La entrada de Ceballos resultó clave y, en una acción fortuita, el propio mediocampista español habilitó a Mbappé al 60, quien con un remate sorprendió a Ederson y puso el 1-1.
Un error de Ceballos volvió a complicar las cosas, cometiendo un penalti innecesario sobre Foden le permitió a Haaland convertir su doblete al minuto 80, y devolver la ventaja a los ingleses.
Pero este equipo blanco nunca se rinde. Apenas unos minutos después, Brahim Díaz, que había ingresado en el tramo final, aprovechó un rechace de Ederson para empatar el partido y encender la locura en el estadio. El Madrid no se conformó y siguió insistiendo hasta encontrar la recompensa definitiva. En el 90+2, Vinicius robó un balón clave y asistió a Bellingham, quien con sangre fría marcó el gol de la remontada y desató la euforia.
El 3-2 final deja al Madrid en una posición perfecta, pero a la ajustada de cara al partido de vuelta. Más allá del resultado, la exhibición de carácter y fútbol reafirma que el campeón sigue más vivo que nunca en la lucha por la Champions.