En un giro inesperado, los Milwaukee Bucks han decidido cortar a Damian Lillard, uno de los bases más emblemáticos de la última década. La noticia, reportada por fuentes cercanas a la franquicia, sacude la estructura del equipo y el panorama general de la NBA, ya que no se trata solo de una decisión deportiva, sino también de una compleja operación financiera con impacto inmediato y a largo plazo.
El adiós de Lillard a Milwaukee
El paso de Lillard por los Bucks fue tan prometedor como breve. Llegó a la franquicia para formar un dúo letal con Giannis Antetokounmpo, pero tras apenas dos temporadas, su etapa concluye de forma abrupta, y en medio de un proceso de rehabilitación por una lesión en el tendón de Aquiles.
La baja del base se produce en uno de los momentos más delicados de su carrera, con incertidumbre sobre su regreso a las canchas y sin haber podido cumplir del todo las expectativas generadas en su llegada a Wisconsin.

(Photo by John Fisher/Getty Images)
Una jugada estratégica por Myles Turner
El corte de Lillard no es un acto aislado. Forma parte de una operación estratégica que permitiría a los Bucks adquirir al pívot Myles Turner, una pieza clave para reforzar la zona pintada y equilibrar el plantel de cara a la próxima temporada.
Para lograrlo, Milwaukee recurrirá al mecanismo financiero conocido como stretch provision, que le permite dividir los 113 millones de dólares restantes del contrato de Lillard en varios años fiscales. Esto reducirá la carga inmediata sobre el tope salarial y abrirá espacio para absorber el salario de Turner sin comprometer otras piezas.