Mientras el Spotify Camp Nou avanza en su remodelación, el FC Barcelona se encuentra en una encrucijada logística que pone en duda su uso para los partidos de la Champions League. Aunque la UEFA ha confirmado que no hay impedimentos para disputar partidos con gradas vacías visibles por televisión, el verdadero problema reside en la segregación de la afición visitante, un requisito indispensable para la competición europea.
El Bacelona trabaja actualmente bajo los planes de la Fase 1A de la remodelación del Camp Nou, que contempla habilitar únicamente las gradas de Tribuna y Gol Sud, permitiendo el acceso a 27.000 aficionados. Sin embargo, esta fase no incluye accesos diferenciados para la afición rival.
Aunque la famosa “U televisiva” la gradería lateral opuesta a las cámaras pueda mantenerse vacía sin afectar la autorización de UEFA, lo que no está permitido es que los seguidores visitantes estén mezclados entre el público local. Este es el punto crítico que impide que el Barça utilice su estadio parcialmente habilitado en partidos de Champions League. “No se puede garantizar la separación de aficiones en la Fase 1A”, admite el club.
Según declaraciones recogidas por el programa “Què t’hi Jugues!”, la UEFA no tiene inconvenientes en que el Camp Nou albergue partidos internacionales incluso con gradas visibles vacías, siempre que se cumplan las normativas de seguridad y logística, especialmente las relativas a la segregación de hinchadas.
Para cumplir con los requisitos de UEFA, el club debe completar la Fase 1B del proyecto, que permitiría el ingreso de hasta 45.000 espectadores y contempla los accesos independientes necesarios para la afición visitante. Pero hay un obstáculo más: el Certificado de Final de Obra aún no ha sido firmado por todos los responsables técnicos, lo que impide iniciar el trámite ante el Ayuntamiento de Barcelona para obtener la Licencia de Primera Ocupación.
Aunque el presidente Joan Laporta ha asegurado que el regreso al Spotify Camp Nou está cerca, la realidad indica que el club sigue dependiendo de permisos y avances constructivos para que sea viable disputar allí un partido oficial de Champions League.
Mientras la afición sueña con el regreso al hogar, el Barça se topa con un problema más logístico que arquitectónico. No es la gradería vacía lo que complica el regreso europeo al Camp Nou, sino la imposibilidad de garantizar la seguridad y separación del público rival. Hasta que la Fase 1B no esté completamente finalizada y avalada, el coloso blaugrana deberá seguir esperando su retorno estelar en el máximo torneo continental.