El pasado viernes, antes del viaje a Vitoria, el Atlético de Madrid recibió en el Cerro del Espino la visita de una delegación arbitral de la UEFA encabezada por el excolegiado Carlos Velasco Carballo. El objetivo era impartir una charla técnica a jugadores y cuerpo técnico sobre las nuevas normas para las competiciones europeas.
La reunión transcurrió con normalidad hasta que Velasco Carballo anunció que mostraría un vídeo sobre un doble toque en un penalti. Fue entonces cuando Diego Pablo Simeone tomó la palabra para exigir que se aclarara, con imágenes, la polémica acción del curso pasado en la que se anuló un penalti ejecutado por Julián Álvarez contra el Atlético.

El técnico argentino insistió en que era fundamental abordar esa jugada, que incluso motivó una aclaración oficial de la IFAB. Sin embargo, Velasco Carballo se negó a incluirla, asegurando que no era necesario y que la interpretación estaba clara.
Ante la negativa, Simeone expresó su malestar, se levantó y abandonó la sala con un contundente: “Siento vergüenza. Vergüenza”. Acto seguido, se dirigió a preparar la sesión de entrenamiento.