La carrera de Wojciech Szczęsny ha sido un camino lleno de contrastes, desde sus inicios en el Arsenal hasta su regreso del retiro para proclamarse portero titular y campeón de Liga con el FC Barcelona. Sin embargo, el guardameta polaco ha desvelado en una entrevista a la ‘Revista GQ’ que vive una auténtica pesadilla física que arrastra desde hace más de 17 años.

Perdida de sensibilidad

Szczęsny, de 35 años, confesó que apenas puede entrenar con normalidad debido a una lesión que se produjo en su etapa en el Arsenal en septiembre de 2008, cuando sufrió una severa rotura al romperse ambos antebrazos al aplastarse el pecho con una barra en el gimnasio.

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El portero aún mantiene dos placas de hierro que unen sus huesos y sufre molestias constantes que se agravan durante las sesiones exigentes:

«Llega un momento durante el entrenamiento en que pierdo por completo la sensibilidad en las manos y ni siquiera puedo sostener una botella de agua por el dolor. La realidad es que ya estoy harto de este sufrimiento.»

El dolor, que se extiende desde la muñeca hasta el codo, es especialmente intenso en pretemporada, afectando incluso su espalda e impidiéndole jugar al golf.

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Wojciech Szczęsny(Photo by Juan Manuel Serrano Arce/Getty Images)
Wojciech Szczęsny
(Photo by Juan Manuel Serrano Arce/Getty Images)

Szczęsny y su regreso a las canchas

El calvario físico fue, de hecho, la principal causa de su retirada prematura cuando aún jugaba en la Juventus y recibía ofertas tentadoras de Arabia Saudí y grandes clubes europeos. Szczęsny aseguró que rechazó estas propuestas porque no quería jugar «solo por dinero».

Tres días antes de anunciar su retiro, conversó con Robert Lewandowski, quien probablemente sospechó que podría convencerlo, ya que poco después el Barça tocó a su puerta.

El regreso al fútbol activo con el club catalán tuvo una condición financiera única:

«Jugué mi primera temporada gratis. Lo que recibí del Barcelona fue exactamente lo que tuve que devolver a la Juve por rescindir mi contrato antes de tiempo.»

El guardameta reconoció que, aunque echa de menos «comer lo que quisiera» y mantiene un límite de peso por contrato, no ha sido un modelo de hábitos. En tono de humor, desveló una curiosidad de vestuario:

«Logro mantenerme dentro del límite de peso, pero batí el récord de grasa corporal del Barcelona

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