El Clásico que se jugará este domingo en Montjuïc será mucho más que una cita entre eternos rivales será una final anticipada por la Liga y un ejercicio de supervivencia táctica. Porque ambos llegan heridos. Muy heridos. En especial, el Real Madrid, que aterriza en la Ciudad Condal sin su defensa titular y con un panorama sanitario más propio de una enfermería de guerra que de un vestuario de élite.
Real Madrid: defensa en ruinas y sin margen de error
La situación blanca es crítica. Carvajal y Militao, lesionados de larga duración, continúan con sus procesos de recuperación pensando más en el Mundial de Clubes que en el tramo final liguero. Pero lo realmente alarmante son las bajas más recientes: Rüdiger no solo arrastra una rotura parcial del menisco externo de su rodilla izquierda, sino que, aunque estuviera en condiciones, estaría sancionado por los seis partidos impuestos tras la final de Copa. A él se suman Alaba (menisco interno de la rodilla izquierda) y Mendy (rotura en el cuádriceps derecho). Como si fuera poco, Eduardo Camavinga también queda fuera por una rotura completa del tendón del aductor izquierdo.
Ante este desierto de opciones defensivas, Carlo Ancelotti no tiene más remedio que improvisar una línea de emergencia: Lucas Vázquez, Tchouaméni, Asencio y Fran García serán los encargados de frenar al ataque azulgrana. Vallejo, aunque disponible, no entra en los planes del técnico italiano. Montjuïc aguarda a un Madrid obligado a resistir sin su retaguardia habitual.
Barcelona: menos bajas, pero igual de condicionado
Aunque el foco apunta al drama madridista, el Barça tampoco llega indemne. La baja más significativa es la de Jules Koundé, víctima de una rotura en el bíceps femoral sufrida en el duelo ante el Inter. No será de la partida. A él se suman Marc Casadó y Bernal, ambos con problemas de rodilla, y Pablo Torre, con molestias persistentes. Ninguno estará en el banquillo.
Además, Hansi Flick tendrá que gestionar con lupa a dos nombres que regresan entre algodones: Alejandro Balde, tras cuatro semanas fuera, estará en la convocatoria, pero empezará desde el banquillo; Robert Lewandowski, pese a haber tenido minutos en Champions, sigue sin estar al 100%. En la portería también habrá novedades: aunque Ter Stegen estará disponible, Szczesny será titular.
A falta de tres jornadas para el final, este Clásico llega con la Liga en juego. Un triunfo del Real Madrid podría darles un impulso decisivo hacia el título, mientras que una victoria del Barça reabriría el campeonato. Con ambos equipos al límite físicamente, el choque en Montjuïc no solo será una cuestión de talento, sino de gestión emocional, sacrificio y adaptabilidad.
No estarán todos los nombres esperados, pero la tensión será máxima. Porque un Clásico siempre es un Clásico. Y este, más que nunca, se gana desde el corazón.